El ano está rodeado
por un grueso músculo, conocido como
efínger anal, capaz de actuar como una auténtica válvula controladora del paso
de las heses. Su estructura la hace muy sensible a cualquier
pequeña lesión en la mucosa que lo recubre, provocando un dolor muy
intenso. Tanto la porción inferior del
recto como el ano, se hayan rodeados de una extensa red de pequeñas venas,
conocidas como plexo hemorroidal. Las
dilataciones de dichas venas, constituyen auténticas varices anales, a las que
se llaman hemorrides.
Las plantas
medicinales pueden contribuir de forma muy notable a la curación de las
afecciones anorectales. Las plantas que
tonifican la circulación venosa, evitan la tendencia a la dilatación de las
venas hemorroidales. Las plantas
con acción protectora capilar evitan el edema y la inflamación que suele
acompañar a las hemorrides en la fase de inflamación aguda. Aplicadas externamente en forma de baño de
asiento o de compresas sobre el ano, las plantas astringentes y cicatrizantes,
resultan muy útiles en el tratamiento de las hemorrides y de las fisuras de
ano.
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